lunes, 12 de diciembre de 2011

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Cuando hablamos de violencia en las aulas solemos referirnos a agresiones físicas o verbales, que pueden ir dirigidas contra el mobiliario del centro, contra los profesores o contra los propios compañeros. En ocasiones, interviene un único compañero que te tiene enfilado y hace lo que sea por hacerte la vida imposible. En otras muchas, aparecen pandillas más o menos organizadas, que marcan su terreno en el recreo, en los pasillos, en los baños y en los alrededores del centro.
Son actualmente muy comunes las películas, sobre todo las norteamericanas, de alumnos navajeros, delincuentes que se encuentran en el instituto como en una cárcel. Siempre acaban convirtiéndose en mansos corderitos, ya sea por medios bondadosos y angelicales o por otros más eficaces y expeditivos, de profesores expertos en karate y didácticas más ligadas a la violencia que a la solidaridad.
La violencia es real, se da entre los alumnos, que reproducen en muchas ocasiones la que viven en el ambiente familiar, se da hacia los profesores, tanto por parte de los alumnos como de sus padres, se da entre los profesores entre sí, la menos veces física, pero no por ello es menos importante, se da, en fin, de los profesores hacia los alumnos.
La televisión, el cine, y el cómic, promueven y potencian en mayor medida las vías competitivas en las relaciones profesor-alumno; los alumnos entre sí también suelen estar enfrentados, los profesores entre sí suelen estar divididos. Profesores y alumnos son enemigos irreconciliables. En caso contrario, no hay argumento para un guión. En la escuela se reproducen los mecanismos de un cuartel. Alguien tiene que salir ganando, porque el que manda, manda. Lo más normal es que sea el profesor. Casi siempre. En ocasiones, el grupo de alumnos promueve un cambio forzoso, en el que el profesor pierde. Podemos recordar el anuncio de la televisión en el que un profesor encuentra un preservativo en el gimnasio; todos los alumnos, uno a uno van levantándose para culparse

3 comentarios:

  1. hola es una pasada los casos que hay de acoso y ahora se le suma los de groomin ,luchar por la privacidad y seguridad de nuestros hijos.

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  2. Nosotr@s,futuros Educadores Sociales, podremos ser agentes directos en el trabajo para erradicar la violencia

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  3. Totalmente de acuerdo, si por algo decidí estudiar educación social es para poder formar parte de los cambios.

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